Dirigido a todos los lectores de Arturo Pérez Reverte

Aquí no encontrarás a un fan autocomplaciente que aprueba a pies juntillas todo lo que Arturo Pérez reverte dice o escribe. Más al contrario, encontrarás a alguien que utilizará la obra o los artículos de nuestro admirado autor para expresar sus propias convicciones, la mayor parte de las veces en franca oposición a las del autor.

viernes, 22 de abril de 2011

ULTIMO ARTICULO DE APR EN XL:LA TARDE EN QUE ACABO EL MUNDO

No es de extrañar que viendo como está el patio nuestro admirado autor escriba sobre el fin del mudo, el apocalipsis o el armagedon.
Si el siglo XX fue el siglo de las guerras, el XXI no se va a quedar a la zaga: Afganistán, Oriente Medio, Africa, las revueltas del Magreb, la constante amenaza del terrorismo islámico…Crisis económica y financiera, masivos flujos migratorios de Túnez, Libia y Egipto hacia  Europa; paro, cierre de empresas…La verdad es que el horizonte es negro negrísimo. Y si esto es poco la amenaza nuclear japonesa aparentemente es una razón más para coger una nave espacial y emigrar a Casiopea ¿o no?
Pues no. Lo que acontece en Japón es un motivo para la esperanza. Más que un motivo para la esperanza es el ejemplo vivo hecho nación de  gradeza del ser humano cuando en él quedan restos de tradición,  posos de dignidad nacional, recuerdos de grandeza y heroísmo. Es entonces cuando ante lo peor surge lo mejor y de no haber ocurrido en Japón quizás estaríamos siendo testigos de algo parecido a La tarde en la que acabó el mundo.
Las imágenes que nos ofrece Japón son impresionantes, pero junto a la desolación y la destrucción hemos visto la otra cara de la moneda. Porque Japón es mucho más de lo que nos enseñan desde los medios. Japón es mucho más que el mundo Manga, los microchips, los karaokes y las baby dolls. Japón es también honor, sacirificio, orgullo nacional y tradición. Y por eso, sólo en Japón podemos ver como los operarios que se han pasado semanas enfriando el nucleo de la central nuclear sabiendo que su futuro es la muerte, son voluntarios jubilados. ¿Dónde más que en Japón podríamos encontrar este heroismo? ¿Dónde un jubilado ofrece su vida por la sencilla razón de pensar que es más justo ofrecer los pocos años que le quedan antes de que la tenga que ofrecer alguien más joven que él? Hemos visto como el Emperador ha puesto a disposción sus propiedades para imporvisar campamentos y comedores para los refugiados del terremoto. Hemos visto como el presidente del Gobierno reverencia la bandera del Sol Naciente al entrar en la Sala de Prensa para informar de las ultimas novedades de la crisis nuclear. Hemos visto como en regiones devastadas por el sunami y el seismo no se ha producido ni un solo acto de pillaje. Hemos visto como el estoicismo ha sido la nota general y característica de los japoneses con firme voluntad de rehacer y reconstruir de nuevo lo que la naturaleza ha aniquilado.
Sólo una nación orgullosa de su pasado y de los valores que la forjaron es capaz de ofrecer al mundo este maravilloso ejemplo de Dignidad y Sacrificio Nacional. Y no es una evocación literaria de un Mishima  nostálgico del honor Samurai reflejado en el Bushido. Es una realidad retransmitida en directo por todos los telediarios del Planeta.

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