Dirigido a todos los lectores de Arturo Pérez Reverte

Aquí no encontrarás a un fan autocomplaciente que aprueba a pies juntillas todo lo que Arturo Pérez reverte dice o escribe. Más al contrario, encontrarás a alguien que utilizará la obra o los artículos de nuestro admirado autor para expresar sus propias convicciones, la mayor parte de las veces en franca oposición a las del autor.

miércoles, 23 de febrero de 2011

REFLEXION AL ULTIMO ARTICULO DE PEREZ REVERTE: SOBRE VIOLACIONES Y FASCISTAS



Es realmente curioso que siempre se utilicen los términos fascista o facha para insultar. Sin embargo, a nadie se le ocurre llamar mahoista, socialista, comunista, leninista, troskista o estalinista a alguien cuando quiere insultar, menospreciar o humillar a otra persona. Desde Lenin a Castro pasando por Caucescu, Pol Pot, Maho o el Frente Popular, tenemos miles de ejemplos de violaciones de los derechos humanos, de tiranías y tiranos sanguinarios; de millones de víctimas políticas y religiosas...Y sin embargo para insultar llamamos fascista. El fascismo murió hace casi 75 años aunque para algunos se prolongó hasta Franco o incluso Pinochet. Pero el marxismo (origen de todos los ismos mencionados antes)sigue en China, Cuba, Corea...Hasta hace 4 días un Muro separaba a Europa y muchos murieron intentando saltarlo y aún hoy se encarcela y se fusila en nombre de la "Famélica Legión". Y sin embargo, para insultar llamamos fascista. Uno puede declararse marxista, socialista o comunista ante el respeto de los demás. Incluso el partido que nos gobierna se llama socialista y en sus congresos se canta puño en alto La Internacional, puño que se levanta e himno que se canta en Cuba, en China, en Corea. Puño que levantaron e himno que cantaron los jemeres rojos, las Brigadas Rojas, las repúblicas soviéticas y ...¿La ETA?  y ¿El GRAPO?...Y sin embargo, si queremos insultar, llamamos fascista.

1 comentario:

  1. La izquierda, que es simplista y a menudo analfabeta, no digiere con afabilidad la crítica ni la disidencia. El que no se ajusta a lo politicamente correcto o al catecismo progre de nuevo cuño se le etiqueta como facha, palabreja insustanciosa pero muy digna de análisis.

    ¿Quiénes son los fachas?. Si nos atenemos a las pautas dominantes, fachas seríamos todos los que no votamos izquierda ni nacional-terrorismo.
    La etiqueta de facha crea en el ciudadano no nacionalista ni de izquierdas un complejo de inferioridad, y aun de culpa, que actúa como un freno, como una etiqueta que anula los argumentos y que carga de oprobio a la persona.

    Visto lo visto, está claro que "facha", "fascista", "la derechona", etc, etc... se han convertido en un epíteto polivalente y prácticamente desprovisto de sentido propio, en un insulto "comodín del público" cuando se carecen de argumentos, cuando el ideario se diluye ante la cruda realidad de los hechos.

    El uso de la palabra y el vocabulario tiene que corresponder a una realidad o perdemos el timón. Las palabras tienen peligro.

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